Morenos y tristes. Hundidos en un universo que no comprendemos.
Hagamos el amor, querida, y vamos a reírnos juntos del cantor y sus muecas que para eso está.
Pero dejemos también que Dios se entrometa en cada corpúsculo de luz que entra en nuestros ojos.
No tengamos miedo de hablarnos.
No escapemos de nosotros mismos.
No nos encerremos en nosotros mismos.
Vos y yo somos uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario