Extraviado en el ring busca la respuesta en los guantes del contrincante.
Las trompadas arrecian como llovizna de otoño pero la conciencia es algo dificil de extraviar. Esta siempre ahi, recordandonos nuestra miseria, nuestra inutilidad, nuestra vejez.
Un Guante rojo se acerca atravezando el eter en un borron de sangre maldita.
Por un instante el tiempo, y con el todo el universo, se vuelve atipico.
La mueca congelada de falsa bronca en la cara indemne del rival.
Billetes en las manos de billetes tras las cuerdas prisioneras.
Una campana salvadora pero mentirosa porque pronto habra que volver a morir de a poco.
Todo sea por tan solo un segundo de eternidad.
me gusta! me gusta!
ResponderEliminares bueno ver que cada tanto aparece algo nuevo por aca..