De un armario plástico
cuyas puertas abrí
ciento un modelos muertas
cayeron sobre mi alfombra
Y una melaza ademas
mezcla de sangre sudor y lagrimas
miedos, brutalidad y pobreza
roja y negra
docenas de voces
me reclamaban
con falsas risas
y mentirosos odios
cerré la puerta lentamente
sin mirar atrás
con los ojos fuertemente cerrados
con el corazón triste
Que terrible siglo!