20090916

Otra Mañana Fría

El horizonte se destiñe en anaranjados tibios y displicentes. El brillo de las estrellas claudica.
Campo todo alrededor. Yuyos verdeoscuros y arboles altos como guardianes susurrantes.
Una pareja de liebres cruza rauda justo enfrente pero se detienen no muy lejos y me miran, curiosas, sin un atisbo de miedo.
El sol apenas se muestra, tímido y alejado. El campo empieza a brillar como perlado de escarcha crujiente. Otra mañana fría.

A veces, el mundo es hermoso